Patricia Lizárraga, tutora de segundo, destacó que en segundo grado el acompañamiento es similar, pero en esta etapa se detectan las áreas de oportunidad y fortaleza, se acompaña al alumno para lograr una mayor autonomía, siendo capaz de resolver problemas cotidianos.
«Desde un primer momento hay una vinculación de grado a grado, cuando nos entregan los grupos, nos comentan todo acerca los alumnos y ya tenemos información de cada uno y el acompañamiento es más sencillo», señala.
«Acompañar en la parte emotiva, social, académica y formativa, entender las características de mis alumnos para favorecer su socialización de manera adecuada y fortalecer el sentido de pertenencia con su generación e institución, detectando áreas de oportunidad para trabajarlas y potencializar sus fortalezas».
En esta etapa, advierte, el sentido de pertenencia es importante porque es donde encuentra las amistades más cercanas y entrañables.
«A mí me interesa que mis alumnos en el colegio se sientan cómodos, que vengan felices, contentos para que lo demás se dé de manera más fácil, el buen ambiente es favorable para el aprendizaje».
Con los padres se tiene un acercamiento asertivo, los informan de manera continua situaciones significativas, con entrevistas periódicas en donde se destacan aspectos tales como: emocional, personal, emotivo, académico, formativo, disciplinario y conductual.
Además del acercamiento con los alumnos, tienen con ellos la clase Crecimiento humano y desarrollo emocional, donde toman el tema de tutorías, trabajamos el proyecto de vida y se ponen metas a corto y largo plazo.
«Es ahí donde detectamos fortalezas, ellos se ponen metas concretas, haciendo un análisis de calificaciones de ciclos anteriores y metas que quieren concretar».