Por Luzemy Herman
El manga es un género literario de orígenes japoneses, el cual contiene varios tipos de categorías y géneros adentro de estas. Primero, el manga empezó a surgir en Japón en el siglo XIX, ya que relativamente el “Manga” no es más que la palabra japonesa para “historieta”. Este género también contiene una serie de peculiaridades propias, ya que el mismo término se aplica en el oeste a todos los ‟cómics” japoneses. Sin embargo, también se caracteriza por su estilo de dibujo, estructura y el sentido de la lectura con varios factores de entretenimiento.
México siempre ha tenido una cantidad de sus propias historietas, pero empezó a decaer durante los 1980, por problemas de comercio con diferentes países. El manga no fue introducido en México hasta diez años después – entre 1990 y 1995 el anime y manga fueron oficialmente introducidos en México, al igual que en 1994 iniciaron las primeras convenciones de cómics. El acceso a las historietas extranjeras también nutrió y permitió un avance en la economía y el entretenimiento de otros países en sociedades distintas.
Algunos ejemplos de mangas de origen mexicano son: Club del Anime, Manic, Balam, y otros. La mayoría de estos tienen de inspiración al estilo tradicional japonés de estas historietas, al igual que estas ayudan al mercado de cómics del país.
El efecto social del manga inició su apogeo cuando el auge de anime y manga empezó a surgir. Gradualmente, una parte llegó a México, así dando con las series que muchos identificarán por haber marcado su infancia, como Dragon Ball Z y Sailor Moon, que, aunque no fueran los primeros, produjo el mayor impacto a la población de la juventud y el niño de ese tiempo. Antes de la aceptación del público, comenzaron a llegar más series y tiras cómicas.
El impacto económico del manga surgió rápidamente, pues diversas compañías y grupos tomaron ventaja de este surgimiento japonés para crear convenciones y expos dedicados enteramente a ella, siendo una reunión y punto de encuentro para todos los Otakus. Varios de estos factores ayudaron a la economía, no sólo de México, sino de muchos otros continentes y países, tomando ejemplos de partes como Estados Unidos, Canadá y Europa.
Por último, el fandom (o el reino fanático) o impacto social en el anime, cosplay y manga, aumentó poco a poco y se convirtió en un lugar en la sociedad mexicana. En la actualidad, la sociedad se ha adaptado a ser “más abierta” ya que uno, en los tiempos de hoy, no se puede autoproclamar como otaku sin sentir vergüenza o burlado. Creo que, tal y como otaku han hecho su propio espacio en el mundo, todo el mundo tiene derecho a mantener cualquier tipo de creencias, gustos, aficiones, etc. siempre y cuando no afecte a nadie, así que no me avergüenzo de decir también me considero un fan de este tipo de cosas y que fue parte de mi infancia y adolescencia. Grandes éxitos han venido desde el otro lado del mundo y han sido disfrutados por algunos y detestado por otros, pero después de todo, creo que, siempre hay que darle la bienvenida a todo entretenimiento extranjero.
