Por Sofía Díaz
La codependencia es una forma de
comportarse a la cual se le puede llamar enfermedad. Está enfermedad puede
llegar a presentarse desde la infancia (a muy temprana edad) o cuando se inicia
una relación con alguna persona en específico. En la codependencia normalmente
participan dos personas o más. El codependiente es la persona que necesita de
la atención de otra persona, de manera emocional, social y de vez en cuando
física.
Las características más notables de
las personas que son codependientes son:
·
Dependen emocionalmente,
psicológicamente, físicamente y financieramente de otra persona.
·
Se les dificulta identificar y
expresar sentimientos y necesidades básicas.
·
Piensan más en las expectativas de
las demás personas.
·
Tienen miedo irracional al abandono y
al rechazo.
En las relaciones amorosas hay
diferentes niveles de dependencia, desde bastante sutiles hasta la
codependencia muy avanzada. En todos los casos siempre hay bases en la
personalidad de una persona que llevan a ese comportamiento. Las personas que
impulsan a este comportamiento son aquellas que deciden rescatar a las
codependientes y viven con esta manera de pensar y de siempre querer ayudar a
las demás.
Las principales razones por las que
estas personas comienzan rescatar a los codependientes son: culpa, necesidad de
ser reconocidos y necesidad de ser necesitados por alguien más.
En las relaciones amorosas que se ven
afectadas por la codependencia hay algunas cosas que suceden en estas
relaciones y de hecho pueden llegar a afectar los sentimientos de las personas
en ellas.
·
El no sentirse libre de tomar
decisiones por si mismos.
·
Decir que no les gustaría estar
atadas a una persona mientras están haciendo eso.
·
Falta de respeto hacia el otro
individuo.
·
Control de la otra persona.
·
Manipulación en la persona que ata.
·
Enojo, desamor y bloqueo emocional en
la persona que está atada.
Hoy en día, podemos ver muchos
ejemplos de relaciones amorosas que son codependientes, desde películas hasta
canciones donde se habla sobre estás. Ahora en el mundo hay muchos ejemplos,
que de vez en cuando se presentan de una manera sutil y en otros casos existen
películas en las que se dedican a ver el desarrollo de este tipo de relaciones;
una película en la que podemos ver este desarrollo es en Escuela
de jóvenes asesinos.
Esta película está hecha en 1988 por
el director Michael Lehmann, de ella se influenciaron otras películas un poco
más reconocidas como “Ni Idea (Clueless)” y “Chicas Pesadas (Mean Girls)”. El
desarrollo de la trama se enfoca en el Estados Unidos de los 80’s. La película
transcurre sobre el punto de vista de la protagonista: Verónica Sawyer (Winona
Ryder), una estudiante de último año de preparatoria que es amiga de las chicas
más populares de la escuela, las Heathers; tres chicas con el mismo nombre:
Heather Duke, Heather Chandler y Heather McNamara.
Verónica está cansada de la vida que
tiene y de las personas que la rodean, lo único que piensa es en que su vida en
universidad va a ser mejor, hasta que conoce a Jason J.D Dean. Él es un
estudiante que tiene que mudarse constantemente por el trabajo de demolición de
su padre; esto llevo a J.D a madurar a una edad muy temprana junto con el
suicidio de su madre cuando era pequeño. Estos traumas fueron lo que lo
llevaron a una personalidad autodestructiva.
Desde que aparece por primera en la
película, en la escena en donde le dispara con un revolver de salvas a uno de
los estudiantes después de que lo molestará, esté no es el único acto que
hace.
Al conocerse Verónica y J.D quedan
enamorados inmediatamente y de ahí se va desarrollando una relación
codependiente en dónde ambos se ven influenciados por la inteligencia y
habilidad del otro, ambos cometen actos homicidas. El primero es en contra de
Heather Chandler. Ambos entran en la casa de la anterior en dónde Verónica
quiere pedir su perdón y J.D está intentando detenerla para que él ocupe toda
su atención. Al final terminan engañando a Heather y le dan de beber limpiador
de cañerías y escriben una carta suicida falsificando su letra y su manera de
escribir para poder aparentar un suicidio.
Tras ser más influenciada por J.D,
Verónica termina siendo parte del plan para matar a Kurt y Ram, otros dos
estudiantes de la misma escuela de la pareja. Ambos terminan muertos cerca del
territorio de la escuela, semidesnudos aparentando un pacto de suicidio en
donde declaraban que eran homosexuales enamorados entre ellos.
Al final, Verónica salva a toda la
escuela de una explosión masiva hecha por varios explosivos puestos en
diferentes partes de la escuela por J.D, pero tras ser detenida por la chica,
está misma se da cuenta de que no puede arreglar al chico y deja que usé uno de
los explosivos para suicidarse.
A medida que avanza la película,
podemos ver como primero J.D se vuelve dependiente de Verónica y la
influencia, y en algunos casos la engaña a hacer malos actos como matar y
hacerlos parecer suicidios. Cerca del final de la película Verónica se da
cuenta de que ya no puede ayudar a J.D y en vez de evitar su suicidio, ella
sólo lo ve explotar enfrente de la escuela mientras está parada en la puerta de
entrada.
Para salir de la codependencia, el
primer paso es aceptar que eres una persona codependiente. Normalmente este
tipo de personas se dan cuentan de que tiene este problema de personalidad y lo
aceptan hasta que todo vuelve a lo que ellos creen normalidad y se olvidan o
piensan que su problema se ha resuelto. Hay que comenzar por tratar de ver si
la relación tiene futuro en su estado actual; imaginando que la relación se
mantiene en las mismas condiciones como sería en cinco año más, es decir,
multiplicar todos los problemas y los sentimientos malos cinco veces, el tiempo
que ya los has sufrido.
Después de darse cuenta de lo tóxica
que es la relación ambas personas tienen que aceptar lo mala que es la relación
e intentar mejorar; si solo uno de los participantes en la relación se da
cuenta y trata de ayudar a la otra persona es lamentablemente un error y lo
único que se tiene que hacer es terminar la relación con esa persona. Por
último, es la persistencia y aceptar todas las consecuencias de los actos que
haces para mejorar; no importa lo que la persona piensa o dice, en algunos
casos pueden llegar a amenazar con el suicidio pero es importante recordar que
es para mejorar tu vida y que tú no forzaste nadie a hacer nada.